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La psicología conoce el fenómeno de la piromanía, una atracción compulsiva e irracional por el fuego, una propensión a prender fuego. Pero también existe su opuesto directo: la pirofobia. Se trata de un miedo irracional al fuego y al miedo al fuego. Estas personas no asocian el fuego con el calor del hogar, y les provoca un verdadero ataque de pánico.
Qué es la pirofobia
¿Qué es la pirofobia? Es un miedo al fuego, un miedo a quemarse vivo, un miedo a los objetos calientes, a los mecheros, a las cerillas, etc. La pirofobia teme que los elementos se salgan del control de la persona y abracen todo a su paso.
El enfermo teme ser quemado, vivo, quemado o asfixiado por el humo. A la persona pirofóbica le aterra ver edificios quemados, fuegos de picnic, fuego en la chimenea. En fases avanzadas, el miedo al fuego se vuelve tan fuerte que el enfermo se niega a utilizar cocinas de gas o aparatos eléctricos.
El significado oculto de la pirofobia
Cómo se llama la fobia, lo hemos averiguado, queda por entender qué hay detrás de ella. El motivo de la fobia parece obvio: temer por su vida, su salud o la de sus seres queridos. Pero la verdadera razón puede estar en otra parte.
Lo que realmente hay detrás de la fobia
Qué miedos hay detrás de la pirofobia:
- miedo a perder las posesiones, el bienestar material;
- el miedo a la muerte;
- el miedo al dolor;
- miedo a una muerte dolorosa por quemaduras;
- el miedo a la muerte de los seres queridos, mientras que la dependencia de ellos o el miedo a cuidar de una persona enferma pueden estar detrás;
- miedo al fuego en el sueño (la desgracia ocurrirá mientras la persona duerme)
- el miedo a perder el sentido de la vida, sus puntos de referencia;
- miedo a perder el atractivo exterior por las quemaduras.
Esto es importante: los miedos ocultos, los complejos de personalidad y las experiencias hacen que una persona tenga miedo al fuego como posible fuente de las desgracias descritas.
Manifestación de pirofobia
El enfermo es perseguido constantemente por pensamientos sobre el fuego y sus peligros. Siguen apareciendo imágenes aterradoras ante sus ojos y tienen pesadillas por la noche. Antes de salir de casa, la persona pirofóbica comprueba repetidamente que los aparatos eléctricos y la cocina de gas están apagados. En fases avanzadas, la persona vuelve a casa para comprobarlo todo, aunque esté segura de haber apagado el equipo. El fóbico tiene un fuerte impulso de huir si entra en contacto con el objeto del miedo.
Las manifestaciones de la fobia dependen del grado del trastorno:
- Grado leve. Aumento de la ansiedad, agitación, picos de presión arterial y taquicardia en contacto directo con el objeto del miedo.
- Grado de severidad medio. Los síntomas de la etapa anterior se producen incluso al pensar en el fuego. Se añaden pesadillas, náuseas y vómitos y problemas de sueño. El pánico comienza al entrar en contacto con el objeto del miedo.
- Condición severa. Los síntomas de las etapas anteriores se intensifican. Se desarrolla un trastorno obsesivo-compulsivo.
Dependiendo de la gravedad de la fobia, se requieren diferentes niveles de estímulos para inducir el pánico. Algunos se asustan con la chispa de un mechero o una bujía, otros entran en pánico al ver una hoguera y otros solo temen al fuego. Algunos pirofób solo temen los incendios reales, mientras que a otros les asustan incluso las imágenes de los mismos, fotografías de edificios en llamas.
Las manifestaciones somáticas de la fobia incluyen:
- la congelación de las extremidades;
- sudando;
- temblando;
- ritmo cardíaco rápido;
- presión sanguínea y temperatura elevadas;
- calambres en el estómago.
Durante el pánico, algunos pacientes lloran, gritan y arremeten contra otros, mientras que otros experimentan entumecimiento, parálisis parcial y estupor. En el primer caso, la persona es un peligro para sí misma y para los demás; en el segundo, es un peligro para sí misma.
Causas de la pirofobia
Hay cinco posibles causas de la pirofobia:
- Trauma personal, recuerdos de la experiencia de un incendio. El pánico, el miedo, la sensación de impotencia, la imposibilidad de escapar, la falta de aire, la pérdida de amigos y de la casa, las quemaduras, la difícil recuperación: todo esto persigue a una persona que ha sido rehén de un incendio. Ni siquiera una psique fuerte puede resistir un golpe así.
- Una persona ha sido testigo de un incendio, ha visto cómo los elementos han quemado a la gente, sus casas, sus pertenencias. Otra versión del trauma psicológico. Gritos, gente que salta por las ventanas en un ataque de pánico, lenguas de fuego ardientes, humo, la muerte de alguien: esto es lo que tiene que afrontar un testigo de un incendio. A los impresionables les basta con verlo en la televisión.
- Trauma infantil. Incendios por descuido, quemaduras, sustos graves: variantes de recuerdos traumáticos de la infancia. El miedo será aún más fuerte si los padres han reaccionado con violencia ante la mala conducta del niño, castigándolo con dureza. O asustó al niño con un ataque de pánico.
- Desarrollar la imaginación. Para algunas personas, imaginar que un incendio está fuera de control es suficiente. El susto será aún mayor si la persona impresionable ve un colorido documental o un reportaje de la crónica de incidentes.
- El miedo del niño al fuego puede deberse a la intimidación de los padres, a sus temores. Los padres sobreprotectores y ansiosos intimidan a su hijo sin saberlo. Prohíben al niño acercarse al fuego, le cuentan historias impactantes o le enseñan imágenes aterradoras.
Factores que aumentan el miedo:
- vivir en una zona de guerra o en un área en la que se producen frecuentes catástrofes naturales, como la quema de bosques;
- experimentar una catástrofe provocada por el hombre.
Distinguir la pirofobia de la precaución racional
La especificidad de la pirofobia es que se debe mantener una precaución racional en el trato con el fuego durante el tratamiento. ¿Cuál es la diferencia entre una fobia y una precaución racional? Una persona pirofób evita todo contacto con el fuego. Con sana precaución, una persona no rechaza el contacto con el fuego, pero observa las precauciones y técnicas de seguridad. Por ejemplo, un pirofóba no encenderá un fuego, aunque tenga mucho frío durante una excursión o mucha hambre. Una persona sana hará un fuego, pero buscará el lugar más adecuado, lo protegerá de las hojas secas y del viento, no se sentará demasiado cerca de él y le echará agua después de usarlo.
¡Es importante! Una persona sana se siente fuera de peligro si sigue los procedimientos de seguridad. La ansiedad y el miedo de una persona con pirofobia nunca remiten.
Cómo deshacerse de la fobia
El tratamiento más eficaz para la pirofobia es la hipnosis. Ayuda a deshacerse de las actitudes negativas subconscientes y a sustituirlas por otras positivas. Se trabaja sobre las emociones y los sentimientos del cliente; también se le entrena en técnicas de autorregulación y visualización. Si es necesario, se prescriben medicamentos (sedantes). La hipnosis no es el único método de tratamiento, veamos los demás con más detalle.
Terapia cognitivo-conductual
El estándar de oro para tratar las fobias, un método aceptado por la psicología. El cliente y el psicólogo dejan una lista de situaciones aterradoras, desde la menos aterradora hasta la más aterradora. A continuación, se enseñan al cliente habilidades de autorregulación: ejercicios de respiración, autoentrenamiento, visualización. Bajo la supervisión del psicólogo, el cliente se sumerge en situaciones traumáticas y aprende a aplicar nuevas estrategias de comportamiento y a dominar sus miedos. El psicólogo ayuda al cliente a cambiar las actitudes y los patrones de comportamiento destructivos, pero al mismo tiempo mantiene una sana cautela al enfrentarse al fuego.
Programación neolingüística
La PNL no es un método de psicoterapia reconocido y no todos los psicólogos la respetan o reconocen. Es un movimiento relativamente moderno que combina varias ramas de la psicología y utiliza elementos de varios métodos a la vez. En la PNL, el profesional y el cliente trabajan con el presente, no se ocupan de las causas del pasado. Identifican dónde quiere estar el cliente y encuentran los recursos dentro de él para lograr el objetivo. En esto vemos ecos de la psicoterapia positiva y del autoentrenamiento.
El peligro del método de la PNL es que uno puede ir más allá del miedo racional, es decir, deshacerse por completo del miedo al fuego.
Actividad física para combatir los pensamientos ansiosos
El ejercicio reduce los niveles de ansiedad y estrés, ayuda a los trastornos del sueño y a los pensamientos ansiosos. La adrenalina producida durante el estrés hace que los músculos se tensen (preparación para correr o atacar). La actividad física alivia el estrés, reduce los niveles de adrenalina y cortisol al producir serotonina y dopamina. Se puede elegir cualquier tipo de deporte. La única regla es que tiene que ser regular. Piensa en lo que prefieres: nadar, caminar, correr, boxear, hacer atletismo, levantar pesas, algo más. Presta especial atención al yoga y al yoga aéreo. Se trata de una nueva tendencia que se reconoce como un eficaz alivio del estrés.
Terapia con animales
Los animales perciben el peligro con antelación y son capaces de predecir los problemas. Pero, además, tienen un efecto terapéutico. La comunicación con ellos reduce los niveles de ansiedad, estrés y tensión. La terapia con animales (terapia con mascotas) ayuda a superar los pensamientos obsesivos. Se puede elegir cualquier animal como ayudante, preferiblemente un animal favorito. Para un mayor efecto, se recomienda combinar este tipo de terapia con otras.
Formas de afrontar el miedo al fuego por cuenta propia
Intenta cambiar tu mentalidad por ti mismo. Plantea las preguntas que te preocupan una a una y trata de responderlas racionalmente. Si das una respuesta irracional, inventa un contraargumento tranquilizador.
Ejemplos de preguntas que le ayudarán a enfrentarse al miedo:
- ¿Por qué tengo pánico al ver el fuego?
- ¿Qué pasa si hay un incendio?
- ¿Qué ocurre si inicio un incendio?
- ¿Por qué creo que el fuego da miedo, quién me lo ha dicho?
- ¿Qué pasa si enciendo la cocina?
Por ejemplo, en respuesta a la pregunta más aterradora, «¿Qué pasa si hay un incendio?», puede decir que utilizará un extintor que esté en un lugar visible y accesible de su casa, y que llamará al 101 (desde su teléfono móvil). Tomarás tu carpeta, que siempre está en un lugar destacado, tus imprescindibles y saldrás de casa.
Intenta acercarte al miedo tú mismo. Ponte en una posición cómoda, crea un ambiente relajante (silencio o música agradable, olores favoritos) e imagina un fuego. En las mismas condiciones, observa imágenes de fuego y ve vídeos. A continuación, puede decidir encender la cocina. A continuación, pídele a alguien que encienda un fuego en la naturaleza y luego hazlo tú mismo. Al final de la terapia, asiste a un espectáculo de fuego.
Haz este ejercicio todos los días: alterna la presentación del fuego con los recuerdos agradables. Dentro de unos minutos, imagina uno u otro. Pero elige el recuerdo más fuerte, agradable y vívido. Con el tiempo, la ansiedad de imaginar el fuego disminuirá y las conexiones neuronales del cerebro cambiarán.
Esto es importante: el autotratamiento solo es apropiado en las primeras fases de la fobia.
Consejos de los psicólogos
Como terapia de apoyo, los psicólogos recomiendan aprender y seguir técnicas de seguridad.
Medidas básicas de seguridad:
- la disponibilidad de sensores de señalización de peligro y de equipos de extinción de incendios;
- disponibilidad de equipos de extinción de incendios;
- conocer las normas de comportamiento durante un incendio (es especialmente importante informar a los niños);
- la observancia de las normas de uso cuidadoso del fuego y de los electrodomésticos.
Los psicólogos aconsejan no guardarse las preocupaciones y los miedos. Hay que informar a un ser querido y consultar a un psicólogo. Determinará la causa exacta de la fobia al fuego y prescribirá un tratamiento individual. En 9 de cada 10 casos el tratamiento tiene un pronóstico positivo, pero depende mucho del deseo del cliente, del apoyo de las personas cercanas y del inicio oportuno de la terapia.
Posibles consecuencias de la fobia y prevención
La tensión constante agota a una persona. La persona se vuelve irritable, agresiva y retraída. El agotamiento conduce a otros trastornos mentales más graves. Los pensamientos obsesivos interfieren con el trabajo. La pirofobia es insoportable en la vida cotidiana. El miedo al fuego condena a la persona al aislamiento, reduce la calidad y el nivel de vida.
Las medidas preventivas incluyen seguir los procedimientos de seguridad, abstenerse de ver películas de terror y ver boletines de noticias sobre crímenes. Se recomienda dormir bien, llevar una dieta saludable y descansar lo suficiente. Las fobias son susceptibles de sufrirlas las personas con una psique debilitada y una personalidad neurótica.