octubre 9, 2024
Xantofobia

Xantofobia miedo al color amarillo

No es de extrañar que todo el mundo tenga miedo de algo. El miedo es un fenómeno natural y, en la mayoría de los casos, está provocado por el instinto de conservación. Sin embargo, en el mundo actual, hay casos de miedo al pánico a ciertas cosas. Este miedo se denomina fobia y es estudiado activamente por médicos de todo el mundo. Uno de los miedos más inusuales es la xantofobia.

Un miedo obsesivo a los colores brillantes

La xantofobia es un miedo compulsivo al color amarillo. Se siente horror al ver cualquier cosa pintada en este color brillante y soleado. Los coches, las casas, la ropa, los juguetes, los objetos de decoración y del hogar, e incluso un inofensivo plátano o una naranja, provocan un adormecimiento por xantofobia y una sensación de horror muy real.

La xantofobia es un trastorno psicológico grave, ampliamente conocido en psicología. Los científicos cuentan hoy con un 5% de la población mundial con fobia al color amarillo. No es una cifra enorme, pero si tenemos en cuenta que la población del universo ronda los 7.500 millones, el número de xantófobia podría acercarse a los 400 millones (3750000). Se trata de una cifra realmente gigantesca, por lo que los científicos de todo el mundo están muy preocupados por los avances negativos.

Entonces, ¿qué es esta misteriosa y original patología? La esencia es bastante simple: una persona que sufre xantofobia, siente un horror inexpresable al ver cualquier objeto de color amarillo. Una persona con el trastorno psicológico no puede hacer cosas aparentemente básicas como comer una naranja o pelar un plátano. Ante la mera visión de un objeto de color solar, el enfermo experimenta un terror tan intenso que a veces pierde el control de sí mismo. El xantófob puede simplemente huir al ver las cosas que le aterrorizan o, alternativamente, puede caer en el estupor.

Por supuesto, si la afección no está muy avanzada, el xantófob intentará superar el miedo cerrando los ojos y alejándose del obstáculo amarillo.

Ese miedo pánico a un color inocuo suele causar auténtico asombro e incomprensión, y a veces es una fuente de diversión. Sin embargo, la condición no tiene nada de divertido, ya que la fobia es una patología psicológica directamente relacionada con el cerebro humano. La enfermedad actúa como una enfermedad oncológica: paso a paso, célula a célula, afecta a uno de los principales órganos de la personalidad. Si la patología insidiosa no se detecta a tiempo, puede tener consecuencias muy graves.

Xantofobia
Xantofobia

Causas de la xantofobia

Entonces, ¿de dónde provienen estos miedos tan intrusivos y peligrosos como una fobia? La xantofobia, como cualquier otro horror de pánico, puede desarrollarse debido a muchos factores. Las principales, según los psicólogos, son:

  1. Trauma infantil. En su día, como niño inexperto, una persona se traumatizó con el color amarillo. Por ejemplo, un niño pequeño se cayó de un columpio pintado al sol, o fue objeto de un castigo corporal por parte de una persona vestida con pantalones amarillos. El trauma fue tan memorable para el niño que su cerebro empezó a enviar señales negativas al ver ese color. La segunda posibilidad es que el trauma se olvide al cabo de un tiempo, pero que siga perdurando en los recovecos más oscuros de la mente. En la edad adulta, al sufrir de nuevo las consecuencias desagradables asociadas al color amarillo, la persona recuerda hechos ocurridos hace mucho tiempo, y el miedo se instala.
  2. Experiencias negativas intensas. Un ejemplo de ello es la muerte de un ser querido y de una persona que falleció en un accidente de tráfico con un coche de color amarillo. El individuo comienza a asociar este color con la decepción, el dolor de la pérdida, el desastre y la muerte. Poco a poco, el tinte amarillo puede hacer que una persona sienta miedo desmotivado.
  3. La genética. Si un niño nace de una madre con fobia, los científicos dicen que el niño tiene un 25% de posibilidades de desarrollar la enfermedad psicológica. Si ambos padres tienen ataques de pánico, las posibilidades de que su hijo herede la fobia aumentan hasta el 50%. Los periodos más peligrosos para las fobias son la adolescencia, el inicio de la edad adulta y la menopausia. Hay algo de verdad en las afirmaciones de los científicos. El miedo, la ansiedad y la preocupación de una madre casi siempre se transmiten a su hijo.
  4. Susceptibilidad. A menudo, los diferentes miedos están sometidos a personas demasiado impresionantes y desconfiadas. Una película, un telediario o un programa de televisión vistos al azar pueden afectar tanto a una persona que se vuelva susceptible de sufrir ataques de terror. Por esta razón, las muy queridas y populares películas de terror están categóricamente desaconsejadas para personas con una psique frágil. Esto es especialmente cierto para los adolescentes. La psique inmadura puede reaccionar ante una película popular de la manera más inesperada.

Estos ejemplos son solo algunas de las causas más comunes de las fobias en la práctica de los psicólogos de todo el mundo. Sin embargo, puede haber muchos más factores que influyen en la aparición de la patología. Algunos de ellos no han sido estudiados hasta el día de hoy.

Síntomas de la patología

¿Cómo entender que una persona se haya vuelto susceptible a una enfermedad tan rara, pero no por ello menos peligrosa? Los síntomas de la xantofobia (como, de hecho, todos los demás miedos) se dividen en físicos y emocionales. Su grado de manifestación puede ir desde la consternación leve hasta el pánico real. La fobia alcanza su punto álgido cuando, por la razón que sea, no puede abandonar el objeto del miedo.

Los síntomas más evidentes de la fobia son:

  • somnolencia;
  • sueño perturbado;
  • dolores de cabeza frecuentes;
  • temblor en las manos;
  • náuseas, que pueden acabar en vómitos;
  • sudoración excesiva;
  • latidos rápidos del corazón;
  • miedo a la propia muerte y a hablar frecuentemente de ella;
  • comportamiento extraño;
  • escalofríos o fiebre. Ambas condiciones pueden alternarse a intervalos muy cortos;
  • retirada;
  • intensificó los intentos de evitar las cosas de color amarillo.

Todos estos síntomas solo pueden advertirse observando atentamente el comportamiento de la persona. Por eso la fobia es una condición peligrosa e insidiosa que es difícil de reconocer. A menudo, los familiares o amigos se limitan a ignorar estos síntomas leves, justificándolos con un esfuerzo excesivo o alguna otra condición totalmente ajena a la verdadera causa.

Xantofobia miedo al color amarillo

Ayudar a la persona con la xantofobia

Si consigue entender que un ser querido está sometido a ataques de pánico, debe empezar a actuar inmediatamente. Lo primero que hay que hacer es acudir a un médico. Un psicoterapeuta experimentado puede hacer frente a la forma leve de la enfermedad, pero sólo un psiquiatra cualificado puede ayudar en las fases avanzadas.

No hay que pensar que ir al médico será fácil. A menudo, las personas con fobias niegan su condición con todas sus fuerzas, lo que les lleva a negarse categóricamente a acudir a un especialista. Sin embargo, no se puede prescindir de la ayuda. Para salvar a su ser querido puede ser necesario utilizar todos los métodos existentes: persuasión, súplica, amenazas, chantaje e incluso fuerza física.

Hay que recordar que no recibir ayuda a tiempo puede acarrear las más trágicas consecuencias. La etapa de abandono de la enfermedad psicológica puede convertirse en depresión, enfermedad mental e incluso esquizofrenia. Se sabe que esta última es incurable.

Experimentar un miedo constante y que lo consume todo hace que la persona se canse tanto física como mentalmente. No es raro que las personas que sufren fobias prefieran acabar con su miedo de la forma más terrible: con el suicidio.

Un especialista cualificado determinará la causa de la fobia y la combatirá con los métodos más eficaces y probados. El tratamiento de la xantofobia suele incluir:

  • terapia de grupo;
  • Terapia cognitivo-conductual;
  • programación neolingüística;
  • psicoterapia energética;
  • hipnoterapia;
  • meditación;
  • la medicación.

Además de la ayuda profesional, el xantófob necesitará cuidados adecuados en casa. La música relajante, los tés calmantes, un ambiente tranquilo y la atención de los seres queridos acelerarán el proceso de curación y enseñarán a la persona a relajarse.

En ningún caso se debe reprender a una persona por su miedo, y mucho menos ridiculizarla. La xantofobia no es una broma, un deseo de llamar la atención o un motivo de diversión. El miedo compulsivo al pánico es una enfermedad grave que requiere un tratamiento adecuado, una respuesta rápida y una atención constante.