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Es propio de la naturaleza humana querer deshacerse por completo, no resucitar y suprimir de la memoria acontecimientos desagradables y terribles del pasado. Sin embargo, si se produce una «imagen» desagradable en una determinada situación, una persona mentalmente estable reacciona adecuadamente a su historia y no le presta mucha atención. Sin embargo, para una persona con mnemofobia, cualquier recuerdo que surja se convierte en una experiencia angustiosa y debilitante.
El miedo a los recuerdos es un trastorno mental que no ha sido completamente explorado y explicado por los expertos.
La mnemofobia, bastante inusual, tiene, por un lado, un efecto positivo en el individuo: lo dirige a superar los obstáculos en el presente y aspira a alcanzar mayores cotas en el futuro. Al mismo tiempo, este extraño enfoque unilateral es patológicamente morboso. Al paciente mnemófobo le aterroriza todo lo que pueda recordarle el pasado: los recuerdos que surjan consumirán sus pensamientos, subyugarán su esfera volitiva, provocarán angustia mental, agobiarán y pondrán en peligro sus actividades cotidianas habituales. El mnemófobo es incapaz de controlar y gestionar sus recuerdos, y la idea de ver una imagen del pasado ante sus ojos desencadena un intenso ataque de pánico.
La mnemofobia está estrechamente relacionada con una compulsión obsesiva por realizar determinados actos rituales. Según los pacientes, recurren a este tipo de actos con regularidad y frecuencia para evitar la aparición de «testimonios» no deseados del pasado. Creen que la realización de rituales les ayudará a tomar el control de sus mentes y a evitar las manifestaciones graves del miedo fóbico. Cabe destacar que una persona con mnemofobia se fija en un acontecimiento concreto del pasado, y el recuerdo de éste se produce de forma compulsiva e imprevisible, sin ningún estímulo externo. Sin embargo, el paciente sigue siendo crítico con su estado y reconoce que sus temores son exagerados e infundados.
A medida que la afección progresa, la frecuencia y la duración de los flashbacks infernales aumentan y la intensidad de los síntomas se incrementa, convirtiendo a la persona en un psicópata depresivo e histérico. Cuanto más tiempo pase sin que se trate la mnemofobia, mayor será la ansiedad, que pasa de una aprensión leve con manifestaciones somáticas menores a un ataque de pánico en toda regla.
El principal grupo de riesgo está formado por las personas que han tenido acontecimientos desagradables, dolorosos, física o psicológicamente traumáticos en el pasado (por ejemplo, la violencia sufrida en la infancia). Un grupo menos común de mnemófobos son las personas que no sólo tienen miedo de recordar su pasado, sino también de perder la capacidad de recordar, están obsesionados y son incapaces de soltar la historia de su vida (por ejemplo: la enfermedad de Alzheimer).
Cada caso de mnemofobia es único, diferente, porque la esencia del problema radica en las imágenes y los sonidos que están directamente relacionados con los recuerdos del individuo y el patrón de pensamiento del mismo.
El miedo a la memoria causa problemas no sólo al paciente, sino también a los que le rodean, ya que intenta evitar cualquier recuerdo del pasado: conversaciones, pruebas físicas, acciones similares y lugares que considera desfavorables.
Los estudios psicológicos e históricos del fenómeno de la mnemofobia «rusa» han demostrado que para la mayoría de los residentes postsoviéticos el futuro depende lógicamente no del presente sino de lo vivido en el pasado, y las raíces de la enfermedad se encuentran en la excesiva importancia de la experiencia histórica para los rusos. Los recuerdos periódicos e intrusivos de los terribles sucesos del pasado, apreciados y glorificados no sólo en los medios de comunicación, sino también inculcados en el sistema educativo desde la infancia, aumentan el miedo a repetir el pasado en el futuro, formando la base ideal para la mnemofobia, convirtiendo al pueblo ruso en una nación pesimista.
Mnemofobia: Síntomas del trastorno
Las manifestaciones de la enfermedad varían en función de las características personales del personaje, la resistencia a los factores de estrés, el nivel de ansiedad y la duración de la enfermedad. Al igual que otros trastornos ansioso-fóbicos, la mnemofobia se caracteriza por manifestaciones somáticas, síntomas psicológicos, el componente cognitivo de la ansiedad y efectos conductuales.
mareos, preconciencia;
un dolor de cabeza aplastante;
Temblores de las extremidades, escalofríos internos;
palpitaciones;
Disnea sin esfuerzo, falta de aire;
dolor por presión, molestias en la zona del corazón;
molestias, dolor en la región epigástrica;
aumento de la sudoración;
sequedad de boca;
náuseas, diarrea;
visión borrosa, «moscas» volantes;
Necesidad frecuente de orinar.
pensamientos obsesivos sobre el acercamiento a los síntomas angustiosos;
sensación de que se avecina lo peor;
incapacidad de pensar en nada más que en los malos recuerdos;
Desrealización: sensación de que las cosas no son reales;
Despersonalización: sensación de distanciamiento de uno mismo;
miedo a perder la cabeza;
el miedo a perder el control de las propias acciones;
Deterioro de la concentración, sensación de deterioro del funcionamiento cognitivo.
Efectos cognitivos de la ansiedad:
- exageración significativa de los síntomas somáticos.
- Impulso instintivo de huir de una situación desagradable;
- alteración de los patrones de sueño.
El miedo a los recuerdos – Causas
En la mayoría de los casos, la mnemofobia está causada por una combinación de factores:
Externas: situaciones traumáticas pasadas, educación en la infancia;
Interna – predisposición genética, trastornos de los procesos bioquímicos en el cerebro, características individuales del SNC, las características tipológicas de la personalidad.
El inicio del desarrollo de la mnemofobia, por regla general, se traza tras una situación iniciadora concreta. Al trabajar con el paciente, es posible identificar un acontecimiento traumático que haya ocurrido en el pasado, causando un trauma psicológico importante. La aparición de la mnemofobia es una forma protectora de bloquear las experiencias dolorosas y negativas en los casos en que el individuo no es capaz de repensar y recuperar las lecciones de su historia, sino que prefiere apartarlas de la memoria, intentando olvidarlas.
En muchos pacientes, el trastorno se desarrolla lentamente, y a medida que la persona encuentra más y más conexiones entre la situación traumática y las consecuencias negativas que supuestamente se derivan de ella, la mnemofobia progresa y los miedos se intensifican.
Mnemofobia: Tratamiento
Los principales métodos de tratamiento de la mnemofobia
psicoterapia racional,
programación neurolingüística,
terapia cognitivo-conductual,
hipnoterapia.
Si es necesario, se pueden utilizar fármacos:
- antidepresivos,
- tranquilizantes de tipo benzodiacepina,
- betabloqueantes.